martes, 10 de julio de 2012

Rico, como cada beso que me das.


Hace días que me apetece coger una hoja y escribirte. Cada día empiezo, porque ninguno de los días sé explicar lo que quiero decirte, pero me apetece hablarte y escribirte porque me apeteces tú. Me apeteces, mucho. Me apetece desayunarte y que me desayunes, comerte y que me comas, cenarte y que me cenes, a besos. Me apeteces porque te quiero, y no puedo no quererte, porque eres amor, eres defensa, eres seguridad, eres cariño, eres risa, eres tú. 
Eres Fede(rico) Solano. Rico en paréntesis porque también lo eres. 
¿Ves? Ya me he quedado en blanco. No sé cómo seguir, no sé cómo decirte que si te pierdo se me cae el cielo encima y me aplastaría de la manera más bestia. No sé cómo decirte que ni puedo dormir quieta porque se me salen los sentimientos y quieren buscarte. Buscarte porque la sudadera no les basta. 
Normal, a mí tampoco. Porque no eres tú. Lo único que me puede llenar ahora eres tú. Lo único. 
Te echo de menos. Nunca dejo de echarte de menos. Echo de menos todo tuyo. Tus besos, tus caricias, tus miradas, tu olor, tu cuello, tus piel de pollo, tus manos, tu sonrisa, tu.. tu todo. 
Quiero que me tengas siempre. Tenerte siempre. Quiero que inventemos nuevas formas de querernos, quiero que mis sábanas huelan a ti, quiero despertarme y despertarte a besos. Quiero que nos escapemos y nos vayamos a Detroit. Pero en cambio, no quiero unos besos que no sean tus besos, ni unos "te quiero" que no sean de ti. No quiero unos "Hola, preciosa" si no me los dices tú. Te quiero a ti, solo a ti. 

jueves, 5 de julio de 2012

España entera gritando "gol" en el mismo segundo.


Un partido de fútbol no es tan solo un juego en el que hay 11 jugadores de cada equipo, un árbitro que estorba desde tiempos inmemorables y un balón. Es mucho más que eso. Es pasión,  ilusión, rabia, ira, alegría, cansancio, trabajo, entrenamiento, nervios,  golpes, heridas, goles, tarjetas rojas y amarillas, vicio, vida, todo para algunos.  Es pintarse la cara de rojo-amarillo-rojo, es España entera gritando “gol” en el mismo segundo,  y seguro que nos han escuchado en Portugal  o en la mismísima Italia que el otro día se estaba mordiendo las uñas de nervios y rabia por acabar en 4:0. Es un Fernando Torres callando bocas, es un Sergio Ramos demostrando que todos cometemos errores, pero en el pasado se quedan.  

viernes, 22 de junio de 2012

Miedos tenemos todos.


¿Te han preguntado alguna vez sin qué no podrías vivir? Yo creo que podría vivir sin todo, creo que ahora mismo se me podría quemar la casa y todo lo que tengo en ella, pero seguiría viviendo igual. Podría perderlo todo, pero no pasa nada, son cosas. 
Una cosa me da mucho miedo, perderte a ti. Me da miedo tener que abrir Tuenti y no tener ningún mensaje tuyo. Me da miedo que los dos puntitos se separen. Me da miedo estar sin ti. Tengo miedo a que te des cuenta de hay gente mucho mejor que yo y más guapas y más listas. Tengo miedo a que tenga que convertirme en zanahoria y que no estés conmigo. A que tenga frío y no tenga tu sudadera ni tus abrazos. A no ver un "Hola, preciosa" o "Buenos días, princesa". A no ver cómo se te ponen los pelos de punta al darte un beso en el cuello. A que se te olvide con quién has visto por 23ra vez 8 millas. Me da mucho miedo, amor, porque te quiero. Ya sé que eso está siendo muy puke, pero es que se me hace tan sencillo quererte. Ahora mismo estás durmiendo y también se me hace sencillo querer estar ahí y verte dormir. Tan sencillo es quererte, y no solo yo, todos supongo, y por eso me da miedo. Miedo a que me digas "adiós" pero no adiós de "adiós, te echaré de menos" sino "adiós." 
Simplemente me da miedo a que no me quieras, porque miedos tenemos todos.
Por eso, necesito saber todos los días que me quieres.



lunes, 18 de junio de 2012

Life? What is life?

¿Me preguntas qué es la vida? 
Todo y nada. Mucho y poco. Risas, lágrimas, abrazos, golpes, violencia, cariño, mentiras que hacen felicidad y verdades que duelen, que destrozan, que hunden, pero yo personalmente prefiero las verdades y da igual si duelan, me da igual si duelen mucho o poco o nada, o duelen como si me hubiese dado el dedo meñique del píe contra la pata de la cama o como si me hubiesen pegado un tiro en el pecho. 
La vida. ¿La vida dices? 
La vida es pegarse hostias cuando pasa un coche amarillo o un mini. Es andar bajo la lluvia. La vida es comer helado de tiramisú, fresas con nata, cerezas, melón, sandía, bollos, y ponerse GORDO en Navidades. Es nadar, bucear, pasear, escribir, leer, dormir, sufrir, y poner la música a tope para no escuchar los gritos de tu corazón. 
La vida es un folio en blanco. Son notas, calificaciones, matemáticas, historia, literatura. Literatura, literatura, literatura, la vida es un poema o una pesadilla o un susto que no te deja dormir o sí, pesadillas que se apoderan de la noche. O tal vez un payaso que intenta hacer reír y hace llorar. 
La vida es dios, y dios es la música. La vida es amor, amar, amargura, sueños, susurros, piel de gallina, pelos de punta, caricias, besos, orgasmos. 
¿Qué coño? La vida es ira, la vida son políticos mentirosos de cojones, la vida es vacilar a una chica de ojos azules, o a una rubia tonta de remate que empuja las puertas cuando pone "tira". 
La vida es aprender "one, two, three, four.." la vida es reírse de tu madre cuando intenta pronunciar "whatsapp". Por eso es todo y nada, todo porque puede ser hasta una hormiga ahogándose en una gota de lluvia, o nada porque de los cuatro mil millones de años que lleva existiendo la Tierra, los ochenta y cinco que vivimos, no son nada.


Un monólogo interior.

El mundo está creando gente que no sonríe, que se toma todo en serio, que no se ríe con los chistes de los camareros graciosos, en fin, gente amargada. Y toda esta amargura seguramente se debe a que no han perseguido a sus sueños, por miedo a tropezarse, por miedo a hundirse, por miedo a que no tengan un futuro, lo mismo da si es lejano o cercano. Todas estas personas se levantan cada día de mal humor, sin ganas, porque tendrán que irse a su odioso trabajo que nunca han querido tener. Pasan 8 horas en ese trabajo y cada minuto de estas 8 horas se les hace eterno y no hablar de cuando vuelven a casa, miran al calendario y las hojas de este se rompen doblemente más lento. Y esta gente se pierde todas las cosas buenas de la vida. No se tiran de cabeza a las piscinas, no hacen locuras por amor, no miran las estrellas, no disfrutan con un buen chocolate con avellanas, ni tampoco con la lluvia, no saben lo que es salir fuera y sentir cómo el agua empapa toda tu ropa. No saben lo que es que la buena música corra por tus venas. No aprovechan el cálido sol de un invierno o el fresco viento de un caluroso día de verano. Se fijan solo en las cosas negativas. En que hoy tampoco les ha tocado la lotería, en que de vuelta a casa ha habido un atasco y encima cuando han vuelto otra persona había aparcado en su sitio. Yo personalmente no pienso ser así, porque paso de cumplir los cuarenta años y darme cuenta de que me he convertido en una amargada sin ganas de nada y con una sonrisa destrozada. Yo no voy a ser así, voy a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, del sonido de la lluvia, del sonido que se produce al morder una manzana o cosas como caminar sobre hojas secas, lamer la tapa de los yogures, hacer equilibrio en el bordillo de la acera. Voy a querer como si fuese por último, voy a besar lentamente y voy a bailar rápido. Voy a cumplir mis sueños, bueno, voy a intentar cumplirlos, puede que no los logre, puede que nunca tache los dos puntos más importantes de mi lista con cosas que hacer antes de morir, puede que toda mi vida esos sueños sigan siendo eso, sueños. Puede que esa actriz que llevo dentro nunca salga, puede que nunca me ponga delante de una cámara, puede que nunca vea unas tomas falsas mías, puede que nunca me den un guión, puede que nunca me vea en la pantalla de un cine, puede que nunca nadie me diga que he podido cumplir mis sueños, o... puede que sí, y todo esto se convierta en una rutina diaria.



Cuando mi ex todavía no era pasado.

Me preguntan cómo me encuentro, pues a lo mejor bien, a lo mejor mal, o a lo mejor me he perdido tanto que ahora no puedo encontrarme. No sé si estoy intentando olvidarle o ya lo he conseguido, o quizás ni he empezado y no he logrado ni una milésima parte de ello, no lo sé, solo sé que estoy aquí, en una cama con mi madre al lado, intentando no responderle con cosas sin sentido a sus estúpidas preguntas. Y a todo eso me apetece ponerme una buena canción de Eminem, y un vaso de agua con hielo, más hielo que agua. Supongo que me gusta tanto el hielo porque me enfría, enfría mis sentidos, mis sentimientos y hasta las ilusiones destrozadas por un simple "ya no siento lo mismo" pero que significa tanto. Supongo que no sé nada o sé todo lo que me interesa saber, o simplemente no lo sé porque lo estoy ignorando. Ahora es una de esas veces en las que digo que mando todo a la mierda y me convierto en zanahoria. Pero nunca lo hago, no me convierto en zanahoria, ni en pera, ni tampoco en kiwi, sigo siendo yo o quizás he cambiado, pero ni rastro de zanahorias. Reír por no llorar, o llorar por no reír si no es con él, o quizás ya quiero que me haga reír otro o nadie o todos. No sirve de nada eso de rizarse el pelo y estar preciosa si no me lo dice él con amor, o a lo mejor sirve de todo, de encontrar a otro que me haga sentir cosquilleos en la tripa, pelos de punta, sonrisas reflejándose en cristales de coches, y miradas perdidas en la mirada del otro, caricias perdiéndose en el final de los pies o empezando en la punta de la nariz. 
Mi sujetador azul está en la cama, recuerdo cuando le costaba desabrocharlo, pero luego nos perdíamos con besos en la nuca y los pechos, estuvimos inventando una huida haciendo planos en mi espalda, pero creo que huyó si mí.




Yo, mí, me, conmigo.

Ya sé que la vida no es justa y que nunca lo será Sé que el mundo siempre esperará lo mejor de mí, me sienta yo bien o no. Sé que no ganaré 5.000 euros mensuales justo después de haber acabado el instituto. Sé que ningún trabajo te hace perder la dignidad, lo importante es tener uno. Sé que en la escuela se han eliminado las diferencias entre ganadores y perdedores, pero en la vida real no. La vida está llena de reglas, reglas como esas que todos deberíamos de saber. Reglas que no nos gustan, que nos desilusionan, reglas que intentan ponernos límites. Y hoy me he propuesto poner unas nuevas reglas que todos debemos cumplir. En esta vida todos debemos tener unos límites, pero obligatoriamente deben llegar por lo menos hasta donde acaban nuestros sueños. No debes ser alguien quien no eres, solo para complacer a todo el mundo. Y basta con eso de que en la vida obligatoriamente se tiene que tener un segundo gran amor y uno tercero y probablemente uno cuarto y quinto... pero que el primero nunca jamás se olvidará, NO! Voy a tener uno segundo y uno tercero, solo si me da la gana, porque mi vida no me controla a mí, sino yo a ella. Y no creo ni en dioses ni en destinos, que controlan nuestras vidas y están escribiendo nuestras historia malas y buenas, ni siquiera las felices. Las cosas simplemente suceden y punto, tú haces que sucedan, las personas a tu lado hacen que sucedan.